domingo, 5 de agosto de 2012

MIRADA CULPABLE:

Mirada Culpable
 
Regresas del trabajo y te encuentras una escena clásica: la tierra fuera de la maceta, el cojín de la sala mordido o algún zapato destrozado, y en el momento en el que llamas a tu perro para reclamarle, el aparece con la inconfundible mirada de “culpable”. Después de verlo, lo más probable es que pienses “Este perro sabe perfectamente que hizo una travesura y que lo que hizo estuvo mal”. Lo lógico sería creer que efectivamente reconoce que lo que hizo estuvo mal, sabe porqué lo estás regañando y por eso pone cara de culpable.
La realidad es un tanto diferente. La gran sensibilidad de los perros les permite aprender a percibir y entender nuestras emociones y reacciones. Se la pasan estudiando nuestro lenguaje corporal, nuestras rutinas y todo lo que hacemos. En una situación de “escena del crimen” como la descrita en el primer párrafo, lo que ocurre realmente es que tu perro reconoce tu lenguaje corporal, el tono de tu voz y tus gestos. Todo ello le indica que estás molesto, aunque en realidad él no sabe cual es la razón. Lo que tu perro sabe es que te sientes mal y enojado y por lo tanto, el también se siente mal. Es tu actitud la que dispara su mirada de culpable.
Tu perro solo sabrá que hizo algo indebido si lo pillas y corriges en ese momento, y es entonces que entenderá que estas molesto por su conducta. Sin embargo si el regaño sucede horas o incluso minutos después, el perro habrá olvidado por completo el incidente y claro que percibirá que estas molesto, pero no sabrá por qué.
Ahora ya sabes qué es lo que provoca que tu perro adopte una actitud culpable. Recuerda corregirlo en el momento preciso. Si regresas del trabajo y encuentras alguna travesura, solo te queda limpiar el desastre y olvidarlo.